Eurovisión pierde su espíritu

Hace bastante que no hablo de Eurovisión en el blog, quizá sea porque para el próximo festival queda bastante tiempo. Pero el sábado por la noche, mientras estaba jugando a los dardos en un bar del pueblo vi que TVE emitía el EDC o lo que es lo mismo, el Eurovisión del baile. Cuando vi esto me di cuenta de que definitivamente el Festival de la Canción por antonomasia había perdido su espíritu.

No es la única razón por la que pienso esto. Ya hable un poco del tema en uno de los post de mayo después del festival de este año.


El festival se ha desvirtuado. La inclusión en el mismo de los países del este tiene mucho que ver. Ahora ha pasado a ser un concurso meramente político y cargado de amiguismos absurdos. La música ha pasado a un segundo plano. El remate ha sido esta especie de ¡Mira quien baila! europeo que se emitió la pasada semana.


A mi modo de ver, España tiene que hacer algo ante esta situación. Yo solo veo dos salidas posible. La primera es seguir los pasos de Italia hace diez años y abandonar el ESC, no volver a presentar una canción. Esta es la solución más digna. TVE no puede seguir gastando dinero en un concurso musical en el que la música ocupa un segundo plano. Los ganadores de los últimos años (a excepción de Lordi, que ganó porque hizo un circo de su actuación) pertenecen a países ex soviéticos y bálticos.


Hay otra solución posible, pero muchos pueden tacharla de xenófoba. No me importaría que se hiciera una división entre los países participantes. Por un lado estarían los países del este, y por otro aquellos países que de verdad representan el espíritu de este festival. En este caso al Big Four (Francia, Reino Unido, Alemania y España) podrían unirse otros como Irlanda, Portugal, Suiza, Suecia, Finlandia o Mónaco. Esta opción permitiría recuperar lo que Eurovisión fue en sus principios y alejarla del circo actual y existiría la posibilidad de que volviese uno de los históricos, Italia, que en su momento abandonó al ver en qué se estaba convirtiendo el ESC.


Para acabar, como habréis podido ver, he introducido dos vídeos que demuestran, según mi punto de vista, que en los últimos años, en Eurovisión ha habido algunas canciones que mantienen intacto el espíritu de este festival que comenzó en 1956 con la victoria de la maravillosa Lys Assia y su 'Refrain', una canción para la historia y que poco ha poco se ha ido degradando.