sábado, 9 de marzo de 2013

Cosmofobia de Lucía Etxebarría

Cosmofobia es una novela magnífica, que me ha enganchado desde el primer momento, me ha enganchado tanto que me lo he terminado en solo dos días. La novela lleva al extremo aquello de que el mundo es un pañuelo y nos enseña que, en una ciudad grande, como es Madrid, personas que no se conocen están relacionadas entre ellas, ya sea por frecuentar los mismos sitios, por tener amigos en común o porque sus hijos acuden a los mismos colegios o centros sociales. 
Lucía Etxebarría, magnífica como siempre, teje una telaraña de relaciones y la desarrolla de manera extraordinaria dedicando a cada uno de los personajes principales un episodio de la novela. 
Destaco de esta novela algo que en cierto modo desconocía en la autora. Soy consciente de que Lucía es una magnífica creadora de personajes femeninos, mujeres fuertes, o no tanto, que pelean en la vida con lo que pueden o con lo que tienen. Lo que veo nuevo en esta novela es que también es capaz de crear magníficos personajes masculinos que en su desarrollo llegan incluso más allá que los femeninos y que tienen historias increíbles que contar. 
Me encantaría dedicar un espacio en esta crítica a todos los personajes que recorren la obra, pero sería demasiado largo, pero no puedo evitar dedicar un espacio a aquellos que me han llamado especialmente la atención o cuya historia me ha marcado en algún sentido y me ha hecho reflexionar. 
Antón es el personaje que abre la novela y que nos introduce en el mundo de la misma desde uno de las localizaciones más importantes, La Casita. Personaje interesante por el hecho de no darse cuenta de la atracción que genera a su alrededor y que a pesar de ella tiene un carácter apocado por momentos. 
Yamal Benani atrayente por si mismo. Un personaje del que todo el que lo rodea, hombre o mujer queda prendado y que sabe aprovechar esa capacidad para llegar muy lejos en la vida. Dueño de otro de los puntos claves de la obra, la Taberna Encendida. Desde mi visión de lector individual creo que es el personaje que carga sobre sus hombre con gran parte de la novela, estando presente en la mayoría de los capítulos. Uno de los personajes masculinos más interesantes que he tenido la suerte de leer en mucho tiempo. Una vez más, gracias Lucía.
Claudia, la trabajadora social encerrada en una vida que realmente no quiere, o que no sabe si quiere, incapaz de seguir sus instintos y alejarse de su novio de toda la vida para acercarse a alguno de los hombres que por su belleza estarían encantados de conocerla más. Claudia me trajo a la mente, cuando leí su historia, la historia de otras muchas mujeres mayores o jóvenes, estas reales y a las que conozco bien. Son felices, pero no arriesgan en la vida y nunca se dejan llevar por impulsos. 
Livia me fascina. Me encantan este tipo de personajes capaces de todo por conseguir en la vida lo que desean (o lo que creen que desean) Un personaje sin sentimientos que no duda en aprovecharse de todo el que tiene a su alrededor y después de dejarlo seco dedicarse a hablar mal de él o de ella. Un personaje que además de no tener ningún tipo de sentimientos, tampoco tiene remordimientos. Brillante. 
Voy a terminar hablando Alex Vega, aunque sé que me dejo atrás personajes geniales como Leonor Mayo o Héctor. De Álex me fascina su amor incondicional desde niños por su amigo David. Incapaz de conseguirlo, sabiendo que nunca lo hará y enamorado de él desde el primer momento. Es uno de esos personajes que demuestran aquello de que el amor es para siempre, aunque no sea correspondido. 
En definitiva, una novela magnífica y contemporánea que recomiendo casi a cualquiera, porque cualquier persona puede encontrar en ella alguna historia que reconozca. En mi caso la encontré, pero no diré cual es, me lo guardo para mi.

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