domingo, 23 de junio de 2013
¿Porqué corres, Ulises? de Antonio Gala
En ¿Porqué corres, Ulises? Gala nos trae una actualización del mito que a la vez es en sí una desmitificación del mismo. Se nos muestra a un Ulises alejado del héroe clásico, un Ulises anciano, cansado y a merced de las mujeres, incapaz de tomar decisiones por si mismo, un Ulises perdido. Es además un Ulises un poco loco. Cuando está con Nausica se le aparece Penélope (una Penélope idealiza, por supuesto, muy lejos de la real) mientra que cuando está con Penélope se le aparece Nausica (de nuevo una Nausica idealizada, que no tiene nada que ver con la Nausica que había dejado en su isla dias atrás en la cama de Eurialo). Ulises no sabe lo que quiere. Nausica se cansa pronto de él. Telémaco sigue adorando la imagen de un padre que no existe y no puede controlar sus ansias de gobernar Ítaca. Y Penelope, Penelope no tiene nada que ver con la Penelope de la obra clásica. Es una Penélope humana, que realmente no ha esperado intacta y cosiendo la vuelta de su hombre. Una Penélope dispuesta a casarse con el más anciano de los pretendientes solamente por el hecho de ser el que más dinero ofrecía. Una Penélope que miente descaradamente a la cara de Ulises cuando la criada le cuenta que ese hombre con el que había discutido, era en realidad su marido, y que lo vuelve a llamar para camelarselo y hacer de él lo que le de la gana. Una comedia que tiene mucho de drama, que tiene mucho de la vida, de cualquiera de nuestras vidas. Un protagonista que no sabe que quiera y que no sabe como o cuando lo quiere y se deja llevar por el que tiene cerca, normalmente una mujer, que es mucho más inteligente que él.
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